Rinden homenaje a empleado de Metro que murió al proteger a una joven en la estación Potomac Ave
Familiares y amigos se despidieron por última vez de un mecánico de Metro que murió mientras intentaba proteger a una joven.
Robert Cunningham, de 64 años, fue asesinado a tiros en la estación de metro de Potomac Avenue hace dos semanas.
Su funeral se llevó a cabo el martes en la Iglesia Católica St. Camillus en Silver Spring, Maryland.
“Escribo a la memoria del héroe Robert. Mi amor, me diste dos hijos maravillosos, Anthony y Kelly. También adoptaste a mis hijos, Daniele y Sophia. Me mostraste lo que es el amor. Te agradezco por los 15 años de felicidad, por mantener nuestro hogar unido. Sin duda, fuimos hechos para estar juntos en esta vida para crear esta familia”, resaltó la esposa de Cunningham, Elisa Cunningham, durante el servicio.
Cunningham murió el 1 de febrero al tratar de proteger a una joven luego de que un hombre armado comenzara a disparar aparentemente al azar después de altercados en un autobús público y después en la estación de metro de Potomac Avenue.
“Un héroe. Un héroe que dio su vida protegiendo a una mujer y a otras personas en una plataforma de tren de Metro. Robert Cunninhham, Bob o ‘Ham’, murió tratando de evitar lo que fácilmente podría haberse convertido en otro tiroteo masivo”, destacó el padre Larry Hayes durante el funeral.
“Su esposo, su padre, su colega y su amigo es un héroe, y siempre recordaremos a Robert como tal”, indicó el gerente general de Metro, Randy Clarke, en el funeral.
Tres personas resultaron heridas en el tiroteo.
El presunto tirador fue abordado por pasajeros en el tren Metro y arrestado. Las autoridades lo identificaron como Isaiah Trotman, de 31 años, del sureste de DC. Trotman enfrenta cargos de asesinato en primer grado mientras está armado, secuestro mientras está armado y agresión con un arma peligrosa (pistola).
Cunningham creció en el condado Montgomery, Maryland, y fue criado como hijo de un oficial de policía de DC.
“O sea, yo veo a ese señor ir y venir todos los días al trabajo. Todos los días llega con un camión. Y pensar que hoy se fue y no volvió, que estaba haciendo algo por otro ser humano…”, señaló Mary Whelan. “Estaba ayudando a la gente. No tenía que hacer eso”.
“Cuidó de su familia y del vecindario”, expresó, por su parte, Eleanor Adcock. “Obviamente, él también cuidaba a los extraños”.
Cunningham fue enterrado en el Cementerio del Congreso en el sureste.