“Immigrants make America great”: la partidaria de Trump que se convirtió en una “línea de ayuda” para inmigrantes en Chicago
Todo comenzó con abrigos y gorros regalados hace tres años. Aleah Arundale, mamá estadounidense originaria de Chicago, fue testigo en primera línea de la llegada de miles de inmigrantes —entre ellos venezolanos— a su ciudad. Arribaron desde Texas, enviados en autobuses como parte de una operación estatal para combatir, entre otras cosas, la inmigración ilegal.
Las temperaturas en esos momentos, recuerda Arundale en entrevista con CNN, no daban tregua: “Cuando los inmigrantes empezaron a llamar a mi puerta, ayudarles se convirtió en una nueva misión. Sabes el frío que hace en Chicago. Ves toda esta nieve. El gobernador de Texas empezó a mandar venezolanos en autobús a mi vecindario, a dos manzanas de donde mi hija va a clases de baile. De repente, aparece un autobús y la gente se baja sin zapatos ni abrigos, congelándose y sin saber dónde están”.
Regaló abrigos, gorros, ropa en general que la gente necesitara. Su casa, como ella misma dice, se convirtió en un “centro de donaciones las 24 horas” del día.
Sin embargo, desde entonces, las necesidades han cambiado. El nuevo enfoque hacia la inmigración ilegal del actual Gobierno de Donald Trump ha trastocado la vida de millones de inmigrantes mediante detenciones, deportaciones y separaciones de familias.
Arundale, que es partidaria de Trump, está de acuerdo con cerrar la frontera para frenar el flujo migratorio, pero rechaza las tácticas empleadas este año por administración federal, como las redadas en lugares de trabajo o las detenciones en sitios sensibles (como escuelas o cortes de inmigración).
“Una cosa es cerrar la frontera. Otra cosa muy distinta es sacar a una mujer a la fuerza de una guardería o llevarse a alguien (…) Es algo repugnante, es una injusticia, es tortura, y todos los inmigrantes se marchan con un miedo atroz”, señala.
Para esta ciudadana estadounidense, la fórmula es sencilla: EE.UU. debe apoyar a los inmigrantes sin antecedentes penales que ya están en el país, pues “los inmigrantes hacen grande a Estados Unidos” (o, como dijo en inglés, “immigrants make America great”, un guiño y juego de palabras al eslogan “Make America Great Again” del movimiento político encabezado por Trump).
Desde aquel 2022 cuando los autobuses llenos de inmigrantes comenzaron a llegar a ciudades como Chicago, Arundale dice que se empezó a convertir en una “línea de ayuda” para esas personas.
“Convertí mi casa en un centro de donaciones abierto las 24 horas. La gente dejaba cosas todo el tiempo al otro lado de mi cerca, y luego yo las llevaba a las comisarías o a los refugios”, comenta Arundale, que administra un negocio de joyería.
Esa sensación de ser una línea de ayuda comenzó a ser más fuerte cuando pegó una hoja de papel con su número telefónico afuera de su casa.
“Tenía muchas ganas de hablar con ellos. Así que imprimí una pequeña hoja de papel en la que ponía: ‘Hola, soy una madre del vecindario. Queremos saber qué pasó. ¿Cuál es su historia? ¿Por qué están aquí?’. Dejé mi número y empezaron a enviarme mensajes de texto”, dice.
Arundale asegura que desde entonces ha recibido todo tipo de historias: desde inmigrantes que salen de su país en busca de una mejor situación económica, hasta otros que han sido víctimas de delitos y que también anhelan un futuro mejor junto a sus familias.
Tres años después, con un enfoque político distinto hacia la inmigración en EE.UU., la ayuda de Arundale ha tenido que adaptarse a las necesidades. Los abrigos, los gorros, las bufandas, los pañales siguen siendo importantes, pero los inmigrantes ven ahora obstáculos más grandes frente a la ofensiva migratoria de Trump.
“Me di a conocer en la ciudad como una persona que ayuda a los inmigrantes, así que, si alguien quiere ayudar, se pone en contacto conmigo, y si alguien necesita ayuda, también se pone en contacto conmigo”, afirma.
“Es como una línea de ayuda. ‘Aleah, ayúdame, me deportaron’. ‘Mi auto está en el depósito, pero tiene todas mis cosas personales y vale unos US$ 4.000. Necesito que vayas a buscar mi auto al depósito para que podamos venderlo y así tener dinero para enviar a Venezuela’”, relata Arundale sobre algunas peticiones de ayuda que recibe ahora.
Arundale dice que puede otorgar este tipo de apoyos porque “es fácil” y no son tan costosos. Esta madre estadounidense, sin embargo, dice que hay límites, como la asistencia legal, que suele ser más cara y consumir más tiempo, por lo que esa tarea se la deja a las organizaciones, consulados, abogados y demás instituciones que brindan ayuda legal de manera gratuita o a bajo costo.
Si bien Arundale se aleja de brindar apoyo legal, agrega que ha ayudado a reunificar algunas familias luego de la deportación; a buscar un hogar permanente y un trabajo para varios inmigrantes; a otorgar alimentos a decenas más; e incluso a pagar gastos funerarios de familiares fallecidos.
No obstante, más allá de la ayuda material que brinda, Arundale considera que lo más importante que hace no tiene que ver con gorros, abrigos o préstamos, sino con información.
“Lo más importante que hago es proporcionar información (…) Aunque no tengas ni un centavo, puedes ayudar a los demás simplemente compartiendo información. Dile a la gente dónde están los comedores sociales, dónde se puede conseguir comida gratis”, dice la ciudadana de Chicago.
Arundale es la creadora del grupo de Facebook “Immigrants HELPING Immigrants”, que hasta ahora tiene más de 1.200 miembros. Se trata de una comunidad activa para compartir información que pueda ser de ayuda para la población inmigrante.
“Este es un gran lugar donde los nuevos inmigrantes pueden venir para obtener información útil y compartir consejos útiles que han aprendido”, se lee en la descripción del grupo.
Si quieres ayudarla en su misión, Arundale dice que puedes hacerlo “compartiendo información” o, mejor aún, volteando a la comunidad inmigrante de tu vecindario para brindarle apoyo.
“Siempre hay gente, como alguien de California, que me dice: ‘Tengo unos zapatos, ¿te los puedo enviar por correo?’. Y yo respondo: ‘¿Estás bromeando? Seguro que alguien en California también necesita zapatos’. Así que yo diría que llames al centro hispano de tu localidad, vayas a las iglesias locales y preguntes cuáles son sus necesidades. Te aseguro que en tu propio vecindario hay alguien esperando tu ayuda”, comenta.
Respecto a las preferencias políticas de las personas, ya sean políticos, ciudadanos, residentes o inmigrantes, Arundale enfatiza que “debes elegir a la gente por encima de la política”.
Y pide a los inmigrantes que están en EE.UU. que se queden en el país, asegurando que la situación mejorará.
Esta situación migratoria “no es normal. Esto no es lo que representa Estados Unidos. Esto no es lo que defendemos. Esto no es lo que quiere la gente. Incluso los mayores partidarios de Trump me dicen que nunca pensaron que sería así. Y les prometo que el próximo presidente no será así”, finaliza Arundale.
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