Las injusticias seguirán creciendo si los latinos permanecen no representados en investigación sobre cáncer
Nuestra comunidad latina es una parte vibrante y esencial del tejido estadounidense, contribuyendo de manera significativa a nuestra sociedad, cultura y economía.
Sin embargo, en el ámbito de la salud, esta comunidad enfrenta importantes desigualdades, especialmente en el tratamiento del cáncer. Aunque los latinos son diagnosticados con cáncer con menor frecuencia que la población blanca no latina, experimentan resultados mucho peores, a menudo porque sus cánceres son diagnosticados en etapas más avanzadas, lo que dificulta su tratamiento.
Como oncólogo quirúrgico que trata a pacientes con cánceres complejos y orgulloso miembro de la comunidad latina, he sido testigo de cómo estas disparidades afectan vidas. El costo emocional, la incertidumbre y la sensación de impotencia que muchos latinos sienten debido a los diagnósticos en etapas avanzadas son devastadores.
Illinois —Cook County particularmente— tiene una gran población latina que necesita atención en cáncer, pero muchos individuos están poco asegurados o no tienen seguro, lo que limita su acceso a la salud. Sin intervención, estas disparidades solo continuarán ampliándose, dejando atrás a aquellos que más necesitan atención.
Debemos crear conciencia sobre los recursos de salud existentes y luchar por políticas que hagan que la atención del cáncer sea accesible para todos. Este tipo de defensa requiere la colaboración entre proveedores de atención médica, departamentos de salud pública locales y organizaciones comunitarias para otorgar servicios —como inscripción en seguros médicos, transporte y apoyo lingüístico, componentes críticos para aumentar el acceso a la atención del cáncer.
También debemos asegurarnos de que la investigación sobre el cáncer refleje la diversidad de nuestra nación. Los latinos representan menos del 5% de los participantes en ensayos clínicos, a pesar de constituir casi el 20% de la población de Estados Unidos. Si los hispanos siguen estando subrepresentados en ensayos clínicos, no solo corremos el riesgo de impedir el progreso en el tratamiento del cáncer, sino también de privar a esta población de los beneficios de terapias innovadoras y potencialmente salvadoras.
Debemos asegurarnos que la comunidad latina esté completamente informada sobre los beneficios de participar en ensayos clínicos, ayudándoles a entender que estos ensayos son un camino hacia mejores tratamientos y resultados, al mismo tiempo que se toman medidas proactivas en la gestión de su salud.
El cáncer es una enfermedad sin distinción. No discrimina. Sin embargo, en el clima político polarizado de hoy, la ciencia y la medicina basada en evidencia están siendo cada vez más opacadas por la retórica y el partidismo, poniendo en riesgo la financiación crucial para la investigación del cáncer, especialmente aquellos estudios que abordan las disparidades raciales.
Esto amenaza el inmenso progreso que hemos logrado en el tratamiento del cáncer y en el avance del conocimiento médico. Y es particularmente perjudicial para los pacientes con cáncer, quienes dependen de la investigación innovadora, para obtener los mejores tratamientos posibles.
Necesitamos avanzar como una sociedad compasiva y asegurar que cada paciente tenga acceso a la atención del cáncer de la más alta calidad disponible. Asegurar que los hispanos estén incluidos en la investigación sobre el cáncer no solo se trata de hacer que la ciencia sea más inclusiva. Se trata de salvar vidas.
Dra. Mecker G. Möller, oncóloga quirúrgica, Centro Integral de Cáncer de la Universidad de Chicago
A merced de los autócratas
Una reciente reunión en la Oficina Oval entre Donald Trump y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, fue todo un evento. Trump estaba flanqueado por secretarios del gabinete que se burlaban de los reporteros que se atrevían a hacer preguntas. El presidente se unió a ellos, aplaudiendo a un consejero que malinterpretó —bueno, mintió— acerca de una reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que ordenaba a la administración tomar medidas para efectivizar el regreso de alguien atrapado en el esquema de deportación masiva de Trump.
La crueldad de Trump fue evidente mientras él y Bukele discutían la difícil situación de Kilmar Abrego García, un nativo salvadoreño que ha vivido durante años en Maryland, trabajando en construcción y criando a tres hijos con su esposa ciudadana estadounidense. Abrego García escapó de El Salvador a los 12 años de edad, tras ser amenazado por pandillas locales. En 2019, un juez de inmigración dictaminó que Abrego García no podía ser deportado a El Salvador, encontrando que estaba en riesgo de amenazas, e incluso muerte.
En marzo, sin embargo, funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvieron a Abrego García mientras manejaba con su hijo, lo arrestaron y lo enviaron a un centro de detención en Texas. ICE luego lo puso en un avión a El Salvador, donde ha estado recluido durante semanas en una prisión “súper" notoriamente peligrosa.
Los funcionarios de la administración de Trump informaron a un juez federal que fue enviado a El Salvador como parte de un “error administrativo”. A pesar del error admitido, la administración se niega a facilitar el regreso de Abrego García.
Trump y su personal continúan diciendo que Abrego García era miembro de una pandilla, pero no hay evidencia pública que respalde esa alegación. De hecho, la decisión de etiquetarlo como “miembro de una pandilla” pareció girar en torno a su uso de una gorra de los Chicago Bulls.
¿Dónde ha ido a parar la humanidad durante la presidencia de Trump? En ningún momento de la reunión en la Oficina Oval, ningún funcionario expresó preocupación por la salud o el bienestar de Abrego García. De hecho, en los días posteriores a la reunión, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, sugirió que la esposa e hijos de Abrego García estaban “mejor” con él en una prisión lejana.
Esta crueldad, junto con las tendencias autocráticas de Trump, nos pone a todos en riesgo. Si Trump puede comportarse de manera tan cruel con el Sr. Abrego García, puede hacerlo con cualquiera en Estados Unidos, ciudadano o no. Es hora de prestar atención antes de que estas políticas se dirijan a todos nosotros. Es hora de alzar la voz.
Edwin C. Yohnka es director de comunicaciones y políticas públicas de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) de Illinois
El plan Broadway enriquecerá el vecindario
Broadway es el corazón del distrito 48. Es un dinámico corredor comercial que alberga pequeños negocios, restaurantes y servicios vecinales que definen Uptown y Edgewater. Con su conexión directa a la Línea Roja de la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA), Broadway es una puerta de entrada para los residentes de todo Chicago.
Sin embargo, las políticas de zonificación obsoletas amenazan su futuro, restringiendo el crecimiento en un momento en que la accesibilidad y la vitalidad económica son más críticas que nunca.
Por demasiado tiempo, estas políticas han estancado la nueva vivienda y han elevado los costos, desplazando a las familias trabajadoras y dejando a los pequeños negocios luchando con una disminución en el tráfico peatonal.
El plan del Marco de Uso del Terreno de Broadway, recientemente aprobado por la Comisión de Planificación de Chicago, es una oportunidad para corregir estas fallas. Al modernizar las restricciones de zonificación obsoletas, este plan abre la puerta a un desarrollo responsable, asegurando que el nuevo crecimiento incluya la vivienda asequible que nuestra comunidad necesita desesperadamente.
Con el proyecto de Modernización de la Línea Roja y Morada a punto de transformar el transporte en el lado norte, tenemos un momento raro para aprovechar esta inversión. Más vivienda significa más residentes, más actividad económica y un Broadway más seguro y vibrante.
Es una realidad sencilla: cuando la oferta de vivienda no satisface la demanda, los precios aumentan y los residentes de muchos años son desplazados. El plan Broadway reconoce esto al permitir una mayor densidad, asegurando que más personas —no sólo los más ricos— puedan permitirse llamar a este vecindario su hogar.
Broadway ha servido durante mucho tiempo como una línea divisoria: al este, comunidades renteras de alta densidad, y al oeste, propietarios de viviendas. Este marco imagina algo mejor: un Broadway que une en lugar de separar Uptown y Edgewater; un corredor que le da prioridad a los peatones, el acceso al transporte y la vitalidad del vecindario; un lugar que da la bienvenida a los recién llegados mientras fortalece la comunidad que ya existe.
Este plan no fue creado en aislamiento. El distrito 48, junto con el Departamento de Planificación y Desarrollo (DPD) y el Departamento de Vivienda (DOH), involucró a residentes, negocios y socios comunitarios.
A través de reuniones públicas, contacto directo y retroalimentación extensa, la visión de un Broadway más fuerte surgió, no desde el Ayuntamiento, sino desde las personas que viven y trabajan aquí. Y la respuesta ha sido clara: la comunidad apoya un Broadway de mayor densidad y más inclusivo.
El cambio no ocurrirá de la noche a la mañana. Pero el costo de la inacción es mucho mayor. Instamos al Concejo Municipal de Chicago a apoyar el plan del Marco de Uso del Terreno de Broadway e invertir en un futuro donde Uptown y Edgewater prosperen juntos.
Better Streets Chicago
Abundant Housing Illinois
Loyola University Chicago
Active Transportation Alliance
Strong Towns Chicago
Elevated Chicago
Bickerdike
Neighbors of Edgewater and Uptown
Sierra Club Chicago
Chicago Growth Project
Edgewater Uptown Builders Association
¿Qué haría Gandhi?
Las manifestaciones “50501” del pasado fin de semana, junto con las protestas “Hands Off” un par de semanas antes, mostraron que los estadounidenses finalmente están volviendo al tipo de tácticas de protesta masiva que eran tan comunes y efectivas durante el primer mandato de Donald Trump.
Pero la resistencia no puede detenerse en el momento en que los manifestantes se disipan. ¿Qué podemos hacer a diario para fortalecer la resistencia a las acciones antidemocráticas de Trump?
Como autor que ha estudiado y escrito sobre Gandhi, encontré que sus acciones entre protestas eran tan importantes como las marchas. Y ofrecen un valioso manual para los resistentes en Chicago hoy.
Primero, Gandhi entendió el poder de la no cooperación. A medida que Trump ha buscado expandir drásticamente el poder ejecutivo, ha sido asistido por organizaciones privadas, desde corporaciones hasta universidades, que han accedido fácilmente a su agenda.
Todos los ciudadanos tienen el poder de oponerse a esta capitulación voluntaria. Podemos alzar nuestras voces en los lugares donde trabajamos y hacemos voluntariado, como lo hicieron más de 600 empleados de la Universidad de Harvard, para insistir en que nuestras organizaciones continúen defendiendo la democracia, la libertad de expresión y los derechos iguales.
En segundo lugar, Gandhi creía en la necesidad de involucrarse a nivel local. Lideró programas de trabajos comunitarios, construyendo casas y pozos en aldeas rurales. De manera similar, podemos actuar dedicando tiempo y energía a organizaciones comunitarias locales. Debemos especialmente buscar apoyar programas que han sido directamente perjudicados por las políticas de Trump, como organizaciones de asistencia a refugiados, bancos de alimentos y clínicas de salud.
Para Gandhi, trabajar en la comunidad no sólo se trataba de hacer el bien, sino de construir redes que formarían la columna vertebral de su movimiento de resistencia. Las nuevas personas que conocemos cuando nos involucramos a nivel local podrían terminar uniéndose a nosotros en una manifestación o asistir a las urnas meses después.
A medida que Trump sigue debilitando los fundamentos de nuestra democracia, no podemos darnos el lujo de sentarnos y esperar a que organizaciones nacionales planifiquen el próximo día de protesta nacional. El manual de Gandhi ofrece acciones concretas que todos podemos tomar para complementar los esfuerzos de protesta y fortalecer nuestras comunidades locales al mismo tiempo.
Ches Thurber, Ginebra
Lecciones de nuestros vecinos de Wisconsin
Me cuesta pensar en una elección no federal de mayor importancia que la que tuvo lugar en Wisconsin a principios de este mes. En una de las contiendas de la Corte Suprema estatal más disputadas de la historia, los votantes comunes se enfrentaron al hombre más rico del mundo y ganaron.
Elon Musk invirtió al menos $20 millones respaldando a su candidato elegido, rompiendo récords de gasto en un intento por elegir al próximo juez de la Corte Suprema de Wisconsin. Pero si Musk y sus colegas donantes ultrarricos esperaban que Wisconsin cediera ante el peso de su dinero, se equivocaron.
En cambio, su intromisión encendió una reacción popular que vio que la participación se disparó al 50% de los adultos en edad de votar, lo cual es notable para una elección judicial fuera de ciclo. Votantes desde Milwaukee a Madison vieron la participación de Musk como una ofensa, un intento descarado de un millonario externo de secuestrar la corte más alta de su estado. Y demostraron que la democracia de base puede superar incluso a los bolsillos más profundos.
Wisconsin mostró los extremos indignantes a los que los ultrarricos llegarán para corromper y torcer nuestra democracia a su antojo; pero también demostró el indomable poder de los votantes cuando nos unimos. Como ciudadanos, debemos tomar esta lección en serio y dejar claro que nuestros votos no están en venta, ni ahora ni nunca.
Pero también debemos abordar la amenaza de manera proactiva. Eso significa tomar acciones reales para fortalecer nuestra democracia, comenzando con una reforma seria de financiamiento de campañas. Chicago e Illinois pueden y deben liderar el camino.
John Engle, Logan Square
Traducido por La Voz Chicago con inteligencia artificial (AI)