Dos hermanas sin experiencia en hostelería compraron una posada. Así fue cómo lograron que funcione
Una posada idílica de principios del siglo XX. Un pueblo canadiense cercano a las cataratas del Niágara. Dos hermanas que se arriesgaron espontáneamente a hacer realidad un sueño.
Si piensas que esto suena como la premisa de una película de Hallmark o un programa de televisión de principios de 2000, estás en el camino correcto: de hecho, a las hermanas convertidas en dueñas de una posada Kristen y Kathryn Groom a menudo se las compara con esa idea.
¿La referencia más frecuente? “Gilmore Girls”, la serie de televisión creada por Amy Sherman Palladino que fue un éxito hace 25 años y sigue siendo un referente de la cultura pop. En la serie, la protagonista, Lorelei Gilmore, regentea una posada con su mejor amiga, la chef Sookie St. James, en un pintoresco pueblo de Nueva Inglaterra.
“Ambas veíamos el programa y nos encantaba, pero no diría que fue nuestra principal inspiración para hacer esto”, le contó la hermana menor, Kathryn Groom, a CNN Travel. “Pero a medida que compartíamos videos en línea, todos nuestros videos empezaron a recibir comentarios comparándonos con Lorelai y Sookie”.
Las hermanas también reciben otras comparaciones con la cultura pop, como “Sweet Magnolias” y “Charmed”. Y, por supuesto, todas esas comedias románticas de Hallmark y Netflix, que suelen transcurrir en pueblos pequeños y presentan protagonistas con trabajos gratificantes que cumplen sus sueños.
“Hemos recibido comentarios bastante graciosos como: ‘Bueno, pero ¿quiénes son los dos que van a abrir el B&B de la competencia al lado?’”, añade Kathryn, riendo.
Afortunadamente en términos de perspectivas comerciales (menos afortunadamente en términos de puntos de trama de comedia romántica) hasta el momento no hay ninguna posada vecina que compita con el negocio de las hermanas Groom: The Rose Manor, ubicada en Welland, Ontario, Canadá.
De hecho, Rose Manor, inaugurado por las hermanas en 2022, está prosperando, tanto como lugar de alojamiento como en línea, donde los videos de TikTok publicados en @rosemanorwelland han obtenido millones de visitas.
“Uno de mis comentarios favoritos es cuando alguien reserva con nosotros y le preguntamos por qué viene a Welland, y nos responde: ‘Ah, te vimos en TikTok. Solo vinimos a verte y a ver el alojamiento’”, dijo Kathryn. “Esos han sido momentos de ‘pellízcame’ (…) Ha sido muy agradable crecer de esa manera y que la gente nos siga y se involucre en nuestra historia”.
La historia de Kathryn y Kristen comenzó en Fonthill, un pueblo vecino de Welland, donde fueron criadas por padres emprendedores. Se llevan nueve años de diferencia —Kathryn tiene 24 y Kristen 35—, pero crecieron soñando con emprender un negocio juntas algún día.
Las hermanas, que siempre han sido muy unidas, vivieron juntas un par de años antes de comprar Rose Manor. Por aquel entonces, Kristen trabajaba en el mundo corporativo en Recursos Humanos, mientras que Kathryn terminaba su maestría.
Entre las largas horas de trabajo de Kristen y el tiempo de estudio de Kathryn, nació la idea del B&B.
“Bromeamos que intentamos (vivir juntas) primero, nos aseguramos de que estuviera bien y luego decidimos meternos en el negocio”, dijo Kathryn.
Cuando el edificio que se convertiría en la posada Rose Manor salió a la venta, parecía cosa del destino. El día que las hermanas recorrieron el edificio —que funcionó como hogar familiar durante un siglo, antes de convertirse en posada en los últimos años— nevaba y era un gélido día en Ontario. Pero cuando Kathryn y Kristen vieron la propiedad, se miraron y ambas lo supieron: era el lugar.
Ayudó el hecho de que la propiedad estuviera sobre el canal, en una ciudad rodeada de senderos para caminatas, viñedos y poblada de excelentes cafés y restaurantes.
Así, las hermanas vendieron su casa anterior y juntaron sus ahorros para comprar el edificio de principios de 1900 por 1,4 millones de dólares canadienses (alrededor de US$ 978.600), conscientes de que era una gran apuesta financiera y comercial.
“Éramos nuevas en esto”, admitió Kathryn. “No teníamos experiencia en hostelería”.
Aun así, ambas hermanas confiaban en su capacidad para hacer realidad su sueño. Y contaron con el apoyo de una comunidad de amigos, familiares y vecinos de Welland, quienes las ayudaron con proyectos de bricolaje y donaron muebles y adornos para decorar el edificio.
Y un par de meses —y 60.000 dólares canadienses (alrededor de US$ 42.000) en renovaciones y hallazgos en tiendas de segunda mano después— Rose Manor, llamada así por la familia que originalmente fue dueña de la casa a principios del siglo XX, abrió sus puertas a sus primeros huéspedes que pagaron.
“Para nosotras fue algo muy natural”, dijo Kristen sobre asumir el papel de posadera.
El mundo de la hospitalidad era en gran medida nuevo para las hermanas (aunque Kristen había pasado un par de veranos universitarios trabajando en la recepción de un hotel), pero las hermanas no eran nuevas en el mundo de los viajes.
“Como viajamos y hemos podido experimentar mucho del mundo, cómo viven otros y cómo reciben a la gente, pudimos reunir un poco de todo lo que hemos vivido a lo largo de los años para ofrecerlo aquí a nuestros huéspedes”, explicó Kristen.
Durante los primeros dos años, Kristen y Kathryn compaginaron sus trabajos remotos a tiempo completo con las tareas del hostal. Ahora, ambas trabajan en la posada a tiempo completo.
Además de recibir a invitados de todo el mundo en seis suites, las hermanas Groom ofrecen el espacio de Rose Manor para eventos que incluyen despedidas de soltera y bodas.
Cada mañana, su día comienza con Kathryn preparando el desayuno para los huéspedes. Mientras los viajeros disfrutan de panqueques bañados en sirope de arce canadiense y pan de manzana local, Kristen está disponible para conversar sobre las mejores cafeterías de Welland y los lugares emblemáticos de la ciudad.
Kristen se encarga de “todo el servicio y las relaciones con los huéspedes, ese tipo de cosas”, mientras que Kathryn trabaja detrás de escena, cocina comidas increíbles para huéspedes que van desde locales de Ontario hasta viajeros de lugares como Francia, Australia, el Reino Unido, Alemania y EE.UU.
A lo largo del día, tanto Kristen como Kathryn filman contenido en video para las cuentas de redes sociales de la posada.
Kristen y Kathryn no son las únicas dueñas de una posada que comparten información sobre su trabajo en línea. También se puede encontrar en TikTok a la panadera Caroline Cardomone, quien trabaja en una posada y promete a sus seguidores de TikTok “ambiente acogedor”. Cardomone también llena sus videos con referencias a “Gilmore Girls”.
Mientras tanto, @innkeeperkate narra sus elecciones de interiores rústicas, chic y artísticas en su posada de Ohio, mientras que @am.suthe comparte videos de ensueño con vistas desde su posada costera en Nueva Escocia, Canadá. También hay hombres influencers hoteleros, como John Lavin, quien dejó su trabajo corporativo para abrir una casa de huéspedes en Georgia en 2021 y ha estado narrando su experiencia en línea desde entonces.
“Mi malvado jefe me envía allí de viaje de negocios justo a tiempo para las fiestas, donde descubriremos el verdadero significado de la Navidad. ¡Anímate!”, dice uno de los comentarios en las publicaciones de Lanvin.
El atractivo de TikTok para los hoteleros parece residir en una mezcla de inspiración acogedora, al estilo Hallmark, con un enfoque empresarial. Las propietarias, a menudo mujeres, quizá se estén inclinando hacia roles domésticos tradicionalmente femeninos (hornear, limpiar, ordenar, recibir huéspedes), pero también gestionan un negocio y trabajan por cuenta propia.
“Quiero esto. Este es mi futuro. LO HARÉ MI FUTURO. Primer paso: ya tengo una hermana”, dice uno de los comentarios en los videos de Kathryn y Kristen.
Si bien muchos de los seguidores de Kathryn y Kristen en las redes sociales viven indirectamente a través de ellas, ocasionalmente los usuarios cuestionan la idea de vivir en su lugar de trabajo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con su hermana como compañera de habitación.
Las hermanas Groom entienden por qué esta configuración no funcionaría para todos.
“Tienes que sentirte cómodo con otras personas en tu espacio y, de alguna manera, estar siempre conectado”, dijo Kathryn.
Pero las hermanas aseguraron que este estilo de vida les conviene.
“Una de las principales razones por las que hicimos esto es porque nos gusta conocer gente nueva y escuchar sus historias”, dice Kathryn.
“Y nos encanta trabajar y vivir juntas”, añadió Kristen. “Si alguna vez necesitamos un descanso (de la posada), simplemente reservamos nuestro tiempo y nos vamos un rato. ¿Y si necesitamos un respiro? Es una casa grande, así que yo voy por un lado y ella por otro. Y luego cuando estamos listas para volver a vernos (…)”
“(…)Nos encontramos en el medio, con un poco de vino”, dijo Kathryn, terminando la frase de su hermana.
En las tardes de verano, Kristen y Kathryn se sientan en el porche del B&B, acompañadas de sus familiares y amigos, y charlan con los huéspedes. Y aunque recibir a familiares y amigos en casa o en el trabajo pueda parecer extraño, forma parte del ambiente acogedor de Rose Manor, y de Welland en general, que, según las hermanas, tiene un espíritu de comunidad excepcional.
The Grooms dicen que los negocios locales de Welland se apoyan mutuamente. En entrevistas anteriores con los medios, las hermanas comentaron que uno de estos negocios es una cafetería a la vuelta de la esquina, propiedad de un tal Luke. Esto refuerza la comparación con “Gilmore Girls”: en la serie, las protagonistas siempre están tomando café en el cercano Luke’s Diner.
“Es una de esas personas con gran espíritu comunitario de las que estábamos hablando”, dijo Kathryn, sobre su Luke en la vida real, quien dirige Black Sheep Coffee Roasters en las cercanías.
“Él y su esposa, Katie, son personas encantadoras”, dijo. “Tienen una familia hermosa y nos han recibido con los brazos abiertos desde que empezamos aquí. Es un placer tener ese local tan cerca”.
Si bien a Kathryn y Kristen les encantan las comparaciones con la cultura pop (en parte porque son bastante acertadas y en parte porque entienden que este compromiso ayuda a impulsar su negocio), también señalan que su trabajo no siempre es tan perfecto como la televisión y las películas (o sus publicaciones en las redes sociales) podrían sugerir.
“Todavía tenemos que limpiar los baños”, admitió Kathryn.
“(…)Y hacer las camas y limpiar la cocina: es una casa enorme de la que ocuparse”, añadió Kristen.
Incluso cuando administrar una posada es estresante o poco glamoroso, “las ventajas superan a las desventajas”, como dijo Kathryn.
“Realmente es muy divertido”, agregó ella.
Kristen, quien pasó 10 años trabajando en el mundo corporativo, dice que está muy agradecida de poder trabajar por cuenta propia, “muy satisfecha de estar en este momento y poder dirigir nuestro negocio, llamarlo nuestro, hacer lo que queremos hacer”.
“Nunca la había visto tan feliz”, dijo Kathryn sobre su hermana mayor.
“Estoy muy feliz aquí”, coincidió Kristen.
En cuanto a Kathryn, ella dijo que ser propietaria y administrar Rose Manor la hace sentir “contenta, tranquila y realizada”.
Y aunque ambas hermanas están orgullosas de lo lejos que han llegado, siempre miran hacia adelante y esperan seguir haciendo crecer el negocio.
“Bromeamos que tarde o temprano tendremos que divorciarnos; no podemos vivir juntas para siempre”, dijo Kristen, riendo. “Pero queremos expandirnos”.
“¿Quizás comprar otra propiedad?”, agregó Kathryn. “Hablamos de un hotel boutique algún día, o quizás un glamping”.
“Soñamos mucho, mientras tomamos un café por la mañana, nos sentamos, y surge una nueva idea, y pensamos: ‘Quizás esto pueda ser posible’”, dijo Kristen. “Nos encanta soñar. Nos encanta ver qué podríamos hacer a continuación”.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.