“Justo y con principios”: el juez Boasberg tenía un historial no partidario antes de enfrentar la furia de Trump
James Boasberg no debería ser famoso.
Como juez principal del Tribunal Federal en la ciudad de Washington, Boasberg es muy querido en círculos legales especializados y en la comunidad del tribunal. Es excompañero de cuarto de la facultad de derecho de Brett Kavanaugh y su personalidad ha aflorado en usos extravagantes de citas de Star Trek y letras de The Fugees.
Incluso después de 23 años como juez en la ciudad de Washington, Boasberg está muy lejos de ser un nombre conocido.
Todo eso cambió la semana pasada cuando a Boasberg se le asignó un caso al azar que lo enfrentó con el presidente Donald Trump y con la campaña de su Gobierno para usar leyes de la época colonial y enviar inmigrantes indocumentados a una notoria prisión en El Salvador.
Sus intentos de imponerse sobre los funcionarios de la administración de Trump que parecían violar sus órdenes con controvertidos vuelos de deportación a El Salvador le valieron la posición no deseada de ser el objetivo de la furia al rojo vivo de Trump. En una serie de publicaciones en las redes sociales, Trump calificó a Boasberg como un “juez lunático de la izquierda radical” y pidió su destitución, lo que causó una rara reprimenda del presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
No es fácil de deducir por la reacción actual de Trump, pero muchas decisiones y acciones pasadas de Boasberg se han alineado con los intereses políticos del presidente.
Boasberg fue conocido por su indulgencia con los alborotadores del 6 de enero. En el primer mandato de Trump, divulgó materiales del tribunal FISA (Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera) que expusieron enormes problemas de la investigación del FBI sobre las conexiones entre la campaña de Trump en 2016 y la intromisión electoral de Rusia. También allanó el camino para que los grupos conservadores obtuvieran algunos de los correos electrónicos de Hillary Clinton de su servidor privado.
Actualmente también preside otros casos federales de alto perfil: la demanda de la Comisión Federal de Comercio contra Meta, la empresa matriz de Facebook.
“Boasberg es lo opuesto a un juez radical”, dijo a CNN un exfiscal del Departamento de Justicia, que juzgó varios casos del 6 de enero frente a Boasberg. “Siempre era justo y actuaba con principios. Cuando llegabas a la corte con él, sabías que iba a seguir las reglas. Era muy predecible porque seguía la ley. No es un juez de exabruptos en absoluto”.
Trump se quejó toda la semana de Boasberg, y lo acusó de estar buscando “publicidad”, y el viernes en la Oficina Oval dijo que está “sentado detrás de un estrado y no tiene idea de lo que está sucediendo”. La retórica de los altos funcionarios de Trump sobre ignorar las órdenes de Boasberg y las evasivas en los tribunales de los abogados del Departamento de Justicia han planteado el espectro de una crisis constitucional en ciernes.
Trump dice que también ve el momento como una crisis, pero una creada por Boasberg, y que está poniendo en peligro las vidas estadounidenses. Otros asistentes de la Casa Blanca dijeron que Boasberg estaba liderando “el asalto más grave a la democracia” y que cometió un “abuso flagrante” de su lugar como juez.
De alguna manera, la controversia no es realmente sobre Boasberg. Es Trump quien tiene antecedentes de criticar a cualquier juez que falle en su contra, y de alabar a cualquiera que falle a su favor. Y como sucede a menudo en medio de estas disputas, los seguidores e influencers pro-Trump han seguido sus arrebatos públicos con ataques cada vez más personales contra la familia de Boasberg y detalles sobre su casa en Washington.
Aún así, no todos los días el presidente del Tribunal Supremo habla para defender a un solo juez de un escalafón inferior. Incluso después de la consternación pública de Roberts, Trump continuó atacando a Boasberg y algunos republicanos de la Cámara de Representantes presentaron artículos de impeachment que probablemente no irán a ninguna parte.
Pero su ira tal vez esté mal dirigida.
Varias fuentes le dijeron a CNN que nunca han visto a Boasberg como un actor partidario. Por el contrario, ha transmitido muchas decisiones favorables a Trump. Boasberg, de 62 años, fue designado para el Tribunal de Distrito de la ciudad de Washington por el presidente Barack Obama y anteriormente fue nombrado en los tribunales locales de por el presidente George W. Bush.
“Recuerden qué tipo de personas se convierten en jueces federales: personas que están dispuestas a una reducción salarial de diez veces para pasar el resto de sus vidas resolviendo cuestiones legales imposibles”, dijo el analista legal de CNN, Elliot Williams, quien trabajó para dos jueces federales. “Simplemente no es una comunidad que busque el centro de atención. No creo que haya un juez federal en Estados Unidos que disfrute de ser atacado en Twitter”.
Como la mayoría de los jueces, Boasberg rara vez habla con la prensa y no hace comentarios sobre sus casos. Cuando tomó las riendas como juez principal en 2023, después de que su colega Beryl Howell se hiciera a un lado, Boasberg enfatizó que prefiere trabajar en silencio, detrás de escena.
“Ninguno de nosotros será la persona del año de Time”, dijo Boasberg a CNN en ese momento.
Según su biografía oficial, Boasberg nació en la ciudad de Washington y se graduó de una escuela preparatoria episcopal para niños. Jugó baloncesto universitario en Yale mientras obtuvo una licenciatura en historia y luego se graduó de la Facultad de Derecho en esa misma universidad.
Finalmente se unió al Departamento de Justicia y procesó casos de homicidios.
Bush lo nombró en 2002 para ser juez en el Tribunal Superior de la ciudad de Washington, que es esencialmente el tribunal de primera instancia de nivel estatal para casos locales. Obama lo elevó en 2011 para servir en el Tribunal de Distrito de la ciudad, que maneja casos penales y civiles en la jurisdicción federal.
El Senado confirmó a Boasberg en su tribunal actual en una votación bipartidista que resultó por 96-0.
Entre los republicanos notables que votaron por Boasberg se encuentran el actual líder de la mayoría del Senado John Thune, el secretario de Estado Marco Rubio, el presidente del Comité Judicial del Senado Chuck Grassley, el subjete de la mayoría del Senado, John Barasso, y el exlíder de la mayoría del Senado Mitch McConnell.
Se convirtió en el juez principal del Tribunal de Distrito de la ciudad de Washington en 2023.
Como juez federal principal en Washington, Boasberg presidió el gran jurado secreto que impactó en la investigación del fiscal especial sobre los intentos de Trump de anular las elecciones de 2020. En particular, dictaminó que el exvicepresidente Mike Pence debía testificar ante el gran jurado del fiscal especial Jack Smith, proporcionando evidencia clave de primera mano contra Trump.
Al igual que sus colegas, Boasberg también ha visto su parte justa de casos contra los manifestantes del 6 de enero, incluidos los miembros del grupo de extrema derecha Proud Boys.
“Tiene principios y es justo”, dijo un exfiscal del Departamento de Justicia a CNN. “Es ampliamente respetado en la comunidad por tomar decisiones de principios basadas en los hechos en cada caso. Es genial ejercer frente a él, porque sigue la ley y las reglas”.
Uno de los acusados del 6 de enero, Jonathan Munafo, quien se declaró culpable de agredir a la policía, dijo públicamente que esperaba un “descuento de Boasberg” en la sentencia, debido a la reputación de Boasberg de imponer castigos indulgentes. Munafo recibió casi tres años en prisión.
William Shipley, un abogado conservador que ha representado a docenas de los alborotadores del 6 de enero, publicó el domingo en X que “Boasberg está fácilmente en la primera mitad de los jueces de sentencias más indulgentes, y posiblemente entre el primer tercio”, de los jueces que condenaron a sus clientes.
Shipley, que apoyó los indultos masivos de Trump para casi todos los alborotadores acusados, dijo que defendía a Boasberg ante los ataques “100% falsos” de parte de miembros prominentes de los grupos de apoyo del 6 de enero cuyas afirmaciones sobre Boasberg se volvieron virales.
Después de un fallo de la Corte Suprema de que un cargo de obstrucción no podía usarse en los casos del 6 de enero, Boasberg incluso redujo la pena de prisión de un miembro de los Proud Boys que lo había llamado “payaso” y “fraude” en su sentencia original, según Associated Press.
Actualmente preside uno de los casos de monopolio digital de mayor resonancia: la demanda de la Comisión Federal de Comercio contra Meta. Ha rechazado los intentos de Meta para desestimar el caso, que está programado para ir a juicio el próximo mes.
A instancias de un grupo legal conservador en 2016, Boasberg ordenó al Departamento de Estado que publicara algunos de los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton de su controvertido servidor privado, pero también desestimó otras demandas que buscaban más divulgaciones.
También rechazó una demanda larga para obligar al IRS a liberar las declaraciones de impuestos de Trump en 2017.
CNN informó previamente que, mientras Boasberg presidió el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, alentó la desclasificación de la información relacionada con la investigación de Trump-Rusia. Trump y los principales republicanos han celebrado estas revelaciones.
Estos y otros materiales revelaron errores sistémicos y descuidos en los esfuerzos del FBI para intervenir las comunicaciones de un exasistente de campaña de Trump en 2016 y 2017 que tenía extraños vínculos rusos.
Mientras obtenía su título de abogado en Yale, “Jeb” Boasberg vivía en una casa con el futuro juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh y otros seis estudiantes de derecho. Se graduó en 1990. CNN informó que el grupo todavía es cercano y realiza viajes anuales juntos.
“Jeb es muy social”, dijo a CNN Amy Jeffress, una destacada abogada defensora de la ciudad de Washington en 2023.
La mayoría de los jueces no tienen una presencia física alrededor del tribunal, y mucho menos caminan por el edificio cada día. Pero Boasberg entra al trobunal la mayoría de las mañanas y saluda a la seguridad, al personal de la corte y a los periodistas con una sonrisa. La mayoría de los días, también puede ser visto durante la hora del almuerzo, corriendo a un lugar de la zona o recogiendo comida para llevar.
El día de agosto de 2023 cuando Trump fue procesado en el Palacio de Justicia de la ciudad de Washington en la acusación federal por subversión de elecciones, CNN vio a Boasberg haciendo las rondas tanto por dentro como fuera, hablando con periodistas sobre los eventos del día. La presencia del juez principal fue similar a la de un alcalde local, estrechando la mano con todos mientras caminaba.
“Lo primero que viene a la mente es que siempre fue justo”, dijo un exempleado del tribunal sobre Boasberg, y agregó que el presidente del Tribunal Supremo también fue siempre “accesible”.
El exempleado agregó que Boasberg siempre estaba dispuesto a escuchar un argumento antes de tomar una decisión, no solo con los abogados sobre un caso, sino también con el personal del tribunal sobre asuntos administrativos, porque estaba decidido a “hacer lo mejor para la corte”.
“No era uno de esos (jueces) que tenía que salirse con la suya todo el tiempo”, dijo el empleado.
En una tensa audiencia judicial el viernes, Boasberg se comprometió a “llegar al fondo” para determinar si los funcionarios de la administración de Trump violaron cualquiera de sus órdenes, y dijo que las implicaciones del uso sin precedentes de Trump de una ley de 1798 para acelerar las deportaciones eran “terriblemente alarmantes”. También habló sobre la importancia de la credibilidad para mantener el Estado de derecho.
“A menudo le digo a mis empleados antes de que salgan al mundo que el tesoro más valioso que poseen es su reputación y credibilidad”, dijo Boasberg.
Katelyn Polantz de CNN, Tierney Sneed y Emily R. Condon contribuyeron a este informe.
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