Los incendios de Los Ángeles fueron mayores y más intensos debido a la contaminación que calienta el planeta
Los incendios que asolaron Los Ángeles la semana pasada fueron mayores y más intensos de lo que habrían sido en un mundo sin contaminación por combustibles fósiles, según un nuevo análisis.
El cambio climático podría ser responsable de alrededor del 25% del combustible disponible para los incendios, según la rápida investigación de los científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El informe es claro al afirmar que los incendios probablemente se habrían producido igualmente en un mundo sin contaminación climática, pero concluye que habrían sido “algo menores y menos intensos”.
El resultado plantea la cuestión de si los incendios habrían podido controlarse de no ser por los efectos del cambio climático. Los científicos de la UCLA se refieren a su análisis como un “punto de partida” para estudios más profundos.
Doce incendios se han declarado en la zona de Los Ángeles desde el 7 de enero, cuando una tormenta de viento de Santa Ana, única en una década, azotó el paisaje del sur de California, asolado por la sequía. Desde entonces, se calcinaron más de 155 kilómetros cuadrados y ardieron más de 12.000 estructuras, como casas, negocios, cobertizos y garajes.
Cuatro días después de su inicio, los incendios de Eaton y Palisades habían crecido lo suficiente como para que CalFire los clasificara como el primero y el segundo más destructivos de la historia del sur de California.
Algunos de los factores relacionados con el clima que contribuyeron al aumento del combustible disponible para los incendios fueron el exceso de humedad de los inviernos anteriores, el verano y el otoño anormalmente cálidos del sur de California y una temporada de lluvias muy retrasada en lo que va del invierno de 2024-2025.
Dos inviernos seguidos, el centro de Los Ángeles registró el doble de lluvia que un invierno normal, señalaron los investigadores. Esto en sí mismo es una carta de presentación del cambio climático provocado por el hombre, que promueve más humedad en la atmósfera, lo que lleva a mayores totales de precipitaciones en los años más húmedos. La lluvia estimuló el crecimiento de un número “sustancialmente mayor” de hierbas y arbustos de lo normal. La vegetación de la región de Los Ángeles fue una de las más verdes desde el año 2000, señalaron.
Cuando el péndulo meteorológico pasó a ser seco el verano pasado, las hierbas y los arbustos –de los que se alimentan los incendios forestales del sur de California– empezaron a secarse. El inicio excepcionalmente tardío de la temporada de lluvias contribuyó aún más a ese secado.
Los investigadores de la UCLA señalaron que la situación del sur de California es de oscilaciones extremas entre lo seco y lo húmedo, pero la falta de precipitaciones desde mayo de 2024 fue excepcional. Con sólo 0,7 cm de lluvia entre el 1 de mayo de 2024 y el 8 de enero, el período es el segundo más seco después de 1962-1963, con registros que se remontan a 1877.
Según el informe, cuando se iniciaron los primeros incendios, la humedad de la vegetación muerta era la sexta más baja registrada.
Estos cambios bruscos de condiciones secas a húmedas y de húmedas a secas, conocidos como “latigazos meteorológicos”, son cada vez más frecuentes a medida que el planeta se calienta debido a la contaminación por combustibles fósiles, según informó anteriormente CNN. Estas oscilaciones empeoran la gravedad y las posibilidades de riesgos como los incendios forestales y las inundaciones repentinas.
Aunque las condiciones de extrema sequedad fueron suficientes para alimentar un peligroso incendio, este suceso también se desencadenó en parte por un viento de Santa Ana inusualmente fuerte. Los investigadores de la UCLA concluyeron que los vientos fueron “de hecho un evento de Santa Ana muy inusual, aunque quizás no del todo sin precedentes”. También señalaron que no existe una explicación física de cómo un calentamiento del planeta debido a la contaminación por combustibles fósiles podría generar vientos de Santa Ana más extremos.
Los investigadores concluyeron que, dada la clara conexión entre el tamaño y la intensidad de los incendios forestales, y sabiendo que los incendios seguirán empeorando a medida que se caliente el planeta, hay que centrarse en una “supresión agresiva” durante las épocas de alto riesgo de incendios forestales, en estrategias para evitar que las viviendas se incendien con facilidad y en evitar las zonas de alto riesgo cuando se desarrollen nuevas áreas urbanas.
Enero suele ser el segundo mes más lluvioso del sur de California. Febrero es el más lluvioso. Las previsiones para Los Ángeles apuntan a un mes de enero completamente seco. Como mínimo, se espera que las precipitaciones se mantengan por debajo de lo normal hasta febrero.
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