Por qué las parejas en Japón tratan la Navidad como un segundo día de San Valentín
Una de las Navidades más memorables de Sumire Sekino involucró pasar el día recorriendo algunos de los mejores lugares de Tokio para tener citas con su novio.
Ese día, recordó, empezó con su novio y ella tomando fotos en TeamLab, una instalación de arte digital inmersiva y muy popular para tomarse fotos que acabarán en Instagram. Luego, se dirigieron a Shibuya Sky, una plataforma de observación ubicada a 828 metros del suelo, para captar una vista panorámica de la capital japonesa.
“Era apenas nuestro primer mes juntos, así que todavía estábamos nerviosos. Pero me divertí mucho yendo a esos lugares con él por primera vez”, dice la estudiante universitaria.
Otro estudiante, Akao Takao, de 19 años, vio algunas exhibiciones de luces deslumbrantes y fue a un mercado navideño con su novia el año pasado, antes de sentarse a tomar un chocolate caliente.
“Tuve una experiencia maravillosa”, relata.
En la cultura occidental, la Navidad es la época del año en la que las familias se reúnen alrededor de una mesa larga para ponerse al día, abrir regalos envueltos con lujo y beber ponche de huevo. Algunos asisten a la iglesia.
Pero en Japón, la temporada festiva ha adquirido desde hace tiempo una dimensión adicional, más bien romántica: se considera ampliamente como otro día de San Valentín.
Las parejas tienen una cita especial en Nochebuena, admiran decoraciones festivas, cenan en restaurantes elegantes y se alojan en hoteles de lujo.
El amor está en el aire en todas partes, desde Tokio, donde sus bulliciosos distritos como Roppongi y Ginza están llenos de parejas tomadas de la mano en las calles bordeadas de árboles brillantes, hasta Hokkaido, donde aguarda la promesa de una Navidad blanca.
Para los hombres que estén dispuestos a derrochar un poco, se ofrecen habitaciones de hotel de lujo con vistas espectaculares, que fácilmente cuestan hasta US$ 2.000 por noche, si aún no están completamente reservadas.
Los jóvenes en Japón tienden a quedarse con sus padres hasta que se casan, por lo que pasar una noche juntos fuera de casa se considera un regalo especial.
Este año, el Ritz-Carlton Tokyo ofrece una “escapada romántica” que incluye créditos para una cena elegante y una experiencia de patinaje sobre hielo en una pista al aire libre. El Grand Hyatt Tokyo, por su parte, promete una “noche romántica” y ofrece habitaciones con vistas a los árboles iluminados festivamente.
Los restaurantes y tiendas también aprovechan la oportunidad para presentar vajillas especiales y descuentos en una variedad de regalos, desde chocolates hasta joyas.
“Todo es cuestión de estado de ánimo y atmósfera”, le dice a CNN Travel el profesor asociado Roy Starrs, quien se especializa en estudios japoneses en la Universidad de Otago en Nueva Zelanda.
“Las parejas jóvenes salen juntas en citas cuando oscurece para ver los espectaculares despliegues de luces de colores y se cree que esta es una atmósfera muy romántica que propicia el amor joven”.
Japón, un país de 124 millones de habitantes, tiene como religión más practicada el sintoísmo, y menos del uno por ciento de su población es cristiana. Sin embargo, la nación celebra la Navidad con todo su espíritu.
El cristianismo llegó a Japón a mediados del siglo XVI, según Starrs, pero fue en gran medida reprimido durante otros dos siglos y medio durante la era Tokugawa, un período marcado por su estricto orden social y políticas aislacionistas.
No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que la cultura estadounidense comenzó a extenderse por Japón, trayendo consigo la Navidad. Sin embargo, la festividad se ha celebrado con un toque exclusivamente japonés.
“La mayoría de los japoneses no consideran la Navidad como un evento religioso, sino como un espectáculo cultural pop importado de Occidente: una mezcla estéticamente agradable de luces brillantes, muñecos de Papá Noel, mercados navideños, regalos envueltos con colores y pasteles navideños”, afirma Starrs.
Japón es una sociedad que valora mucho la estética, añade, por lo que tiene sentido que estas exhibiciones festivas, a menudo acompañadas de abundante nieve, constituyan la receta perfecta para una romántica Navidad blanca.
“La pareja también puede intercambiar regalos, visitar un exótico mercado navideño de estilo alemán y terminar la velada en un elegante restaurante francés o italiano. Y después de todo eso, el ambiente puede ser perfecto para una propuesta de matrimonio”, dice Starrs.
El giro romántico de la Navidad puede ser uno de los mejores regalos que el Gobierno japonés puede esperar, en su esfuerzo por impulsar los matrimonios y los nacimientos.
Su tasa de fertilidad cayó a 1,20 el año pasado, otro mínimo histórico, muy por debajo del 2,1 necesario para mantener una población estable en un país.
Para la generación de más edad en lo que alguna vez fue la segunda economía más grande del mundo, el lujo era el camino a seguir, cuanto más ostentoso, mejor. Además de los hoteles caros, los hombres solían descorchar botellas de champán y alquilar limusinas para pasar una noche con el fin de impresionar.
Pero después de años de estancamiento, la otrora envidiable capacidad económica de Japón ha perdido su brillo, cayendo al cuarto puesto mundial a principios de este año. Con el aumento del costo de vida, exacerbado por la reciente depreciación del yen japonés, las parejas jóvenes están buscando formas creativas de celebrar.
El estudiante universitario Inoue Shogo, de 23 años, dice que evitaría los hoteles debido al aumento de precios.
“Como la comida occidental es cada vez más cara y todo el mundo busca la cena de Navidad, optamos por una versión más barata, que suele ser comida japonesa”, comenta.
Según una encuesta reciente de la empresa de marketing MERY, simplemente disfrutar de un pastel de Navidad, quedarse en casa para una fiesta privada y contemplar las luces navideñas se han convertido en opciones más populares entre las generaciones más jóvenes en estos días.
Yuhi Hasegawa, de 19 años, visitó Enoshima con su novia el año pasado y disfrutaron de las luces festivas y las hermosas vistas.
La pequeña isla está situada a una hora en tren al sur de Tokio, conocida por sus playas de arena y un estilo de vida relajado.
“Debemos valorar el tiempo con nuestra pareja. En lugar de gastar dinero en restaurantes elegantes o cosméticos de lujo, quedarse en casa, ver ‘First Love’ (una serie de amor de Netflix) y encontrar el amor verdadero puede ser la solución perfecta”, afirma.
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